Apareciste en mi vida sin avisar, como lo hacen esos espectaculares cometas que cruzan el cielo y te dejan con la boca abierta.
El destino cruzó nuestros caminos en un día perfecto de tormenta. Los rayos más poderosos que he sentido en mi vida me atravesaron y partieron los huesos cuando te miré a los ojos y me enseñaste tu sonrisa.
Ya no había marcha atrás.
Me quedé hechizado en medio de aquella plaza.
La tormenta descargó agua y todo se inundó llevándome flotando hacia una isla desierta donde mi único alimento era pensar en ti, sentado en la playa mirando el horizonte hasta que en un atardecer rojo vi aparecer en la orilla una botella con un mensaje dentro.
Era tuyo.
Sin pensarlo me tiré al agua y comencé a nadar hacía ti con la única brújula de mi corazón.
Sorteando tiburones, adelantando galeones piratas, con los dedos arrugados...llegué a ti y me recibiste con tus brazos y tus besos que hicieron de mí el vaquero más feliz y afortunado del Universo.
Ahí empezó el sueño que estoy viviendo, lleno de ilusiones, sugus de piña, miradas, sueños, caricias, pikotas de cereza, deseo, tartas de chocolate, incendios....hasta un castillo con una torre muy alta, donde hay una ventana que te asomas, juegas a tu juego de miradas silenciosas y medias sonrisas, las cuales implosionan mi tripa.
Y mientras te espero, con mi Mustang, que decidas y bajes de tu torre de cristal e irnos a jugar con la Luna y las estrellas dejando paso a ese amanecer deseado.
Y mientras te espero, con mi Mustang, que decidas y bajes de tu torre de cristal e irnos a jugar con la Luna y las estrellas dejando paso a ese amanecer deseado.
No quiero que acabe nunca este sueño.
Quiero hacerte feliz todos los días y sacarte siempre una sonrisa cuando nuestros ojos se encuentran al despertar y subir a la montaña más alta para gritar con todas mis fuerzas lo que cada día tengo más claro...
¡¡¡¡¡TE QUIERO!!!!!